Dentro de un siglo
Dentro de un siglo, amigo, ya estaremos
bajo la tierra, por fortuna, todos.
No hay que apurarse, pues; gozar el día
es lo mejor, sin inquietud alguna.
Si hay azul y un buen sol, el alma entera
florecerá de amor y de alegría;
si el cielo está nublado, buscaremos
la tristeza más cómoda al espíritu.
Perfecciona tu modo dulcemente
y pon en cada cosa lo adecuado.
Una triste dulzura ante la muerte
y una alegría mansa en lo dichoso…
Exclama: «¡Hermoso sol!», en esos días
sonoros del verano. En el invierno:
«¡Cuánta melancolía en esos valles,
sobre esos montes que cubrió la nieve!».